Hace muchos años, en las tierras de Aldeanueva de Santa Cruz, un hombre conocido como Pepe Jaldas decidió embarcarse en una gran aventura con el apoyo de toda su familia. Su misión era crear los mejores embutidos del mundo, y para ello, no escatimaron en esfuerzos ni recursos.
Nuestros orígenes se remontan a los años 40, donde un joven comenzó a fabricar sencillos embutidos en el seno del Convento de las Dominicas. Así comenzó la legendaria historia de Embutidos Jiménez (JMJ), una crónica llena de valentía, dedicación y pasión por la carne de cerdo. Los miembros de la familia trabajamos hoy en día sin descanso, con la misma doctrina que nuestros antepasados.
Con el tiempo, nuestro nombre se extendió más allá de las fronteras de Aldeanueva de Santa Cruz, y los amantes de los embutidos viajaban desde lejos para probar nuestros exquisitos productos. Tras abrir la tienda principal en El Barco de Ávila, recibimos con los brazos abiertos a todos aquellos que buscan degustar nuestras exquisiteces culinarias.
Pero nuestra verdadera fuerza no sólo era la habilidad para crear embutidos deliciosos, sino también el compromiso con la calidad y la sostenibilidad. Desde el principio, la familia nos hemos asegurado de trabajar con los productores locales, y utilizar solo los mejores ingredientes naturales y procesos tradicionales.
Y así, la leyenda de Embutidos Jiménez continúa hasta nuestros días. A pesar de los desafíos y dificultades, el linaje de Pepe sigue manteniendo viva la tradición y el amor por la carne de cerdo. Esta historia es un ejemplo de perseverancia, pasión y dedicación, y las siglas de JMJ se han convertido en sinónimo de excelencia y calidad en el mundo de los embutidos.